En los últimos 5 años, la tecnología en los sistemas de pagos ha evolucionado más que en el último siglo. La penetración imparable de los teléfonos inteligentes ha cambiado el paradigma del consumo, propiciando esta nueva realidad la adopción de la PSD2, la nueva directiva europea de métodos de pago, que entró en vigor el pasado 14 de septiembre y el polémico SCA (Strong Customer Authentication).

Pero ha sido solo el principio. Blockchain, Inteligencia Artificial y otras tecnologías están empezando a ser consideradas en las transacciones, para hacer estas más seguras y eficaces para el consumidor. Además, la omnicanalidad también está suponiendo un reto por parte de los retailers; un guante que las plataformas de pago deben recoger.